martes, 20 de diciembre de 2016

El asturiano que leían en Westpoint y estudiaba NAPOLEON





El asturiano que leían en Westpoint y estudiaba NAPOLEON

Un 19 de diciembre de 1684, en Santa Marina de Vega (Asturias), nacía el heróico general, filósofo, diplomático y el más destacado tratadista militar de Europa D. ÁLVARO DE NAVIA-OSORIO Y VIGIL, Marqués de Santa Cruz de Mercenado.


En julio de 1703, cuando tenía apenas 19 años, fue nombrado Maestre de Campo del tercio que habían organizado para luchar en la Guerra de Sucesión a favor de Felipe V, era el “tercer tercio de Asturias”. Según dicen los cronistas: “contaba con suficientes méritos” como para desempeñar el mando de este tercio. Tercio que, bajo su bastón, se convertiría en regimiento. Con este participa en la decisiva toma de la ciudad de Barcelona en 1714.



A los 34 años de edad fue ascendido a Mariscal de Campo, pasando a desempeñar el Gobierno de Gagliari, en Cerdeña.
Más tarde, es nombrado embajador del rey de España en Turín. Es allí cuando al fin tiene tiempo libre, y la “inspiración clásica” necesaria -según se comenta-, para ordenar sus notas y redactar sus mejores obras:
  • Su obra cumbre: “Reflexiones Militares” (1724-1727).
  • “Rapsodia económico político monárquica” (publicada en 1732).
  • “Comercio suelto, y en compañías general, y particular, en Mexico, Peru, Philipinas, y Moscovia” (publicado también en 1732).

Las «Reflexiones militares» estuvieron presentes en las mejores bibliotecas de le época. Se sabe que fue un libro de referencia para militares italianos, ingleses, rebeldes norteamericanos, alemanes y franceses, incluyendo al mismísimo Napoleón, en cuyos escritos se pueden encontrar frases extraídas de los textos del asturiano, según han demostrado recientes estudios.


Según consta en los inventarios de las bibliotecas, de la época de la Ilustración, su obra se tradujo a cuatro idiomas y estaba presente dentro del catálogo de las bibliotecas del Departamento de Marina y Colonias en Francia, y en una de las bibliotecas privadas de Voltaire. Se encuentra, obviamente traducido al francés, en la mayoría de las bibliotecas de los grandes militares galos del siglo XVIII como el marqués de Estrées (padre de la famosa Gabrielle de Estrées), Louis‐Hector Drummond de Melfort o el mismísimo Napoleón como hemos mencionado antes, que incluso tenía (en la biblioteca de Versalles) varios ejemplares comentados -manuscritos- de diferentes caballeros franceses.


Mediante las ediciones francesas llega a las tierras germanas e Inglaterra. En Inglaterra se pública bajo el nombre de “Reflections, military and politics” en 1737. Así, 500 ejemplares fueron a parar a las manos de altos mandos ingleses. Seguramente sería a través de ellos como llegó el libro de D. Álvaro a las colonias norteamericanas, pasando muy pronto a formar parte del inventario de bibliografía militar de la academia de oficiales de Westpoint a finales del siglo XVIII, cuando se estaba formando la primera base militar de los Estados Unidos.
En Alemania se publica en 1753 y, aunque hay una curiosa anécdota, no hay referencias reales de que Federico II El Grande tuviera entre sus libros un ejemplar de “Reflexiones Militares”. A tenor de esto, no resultaría extraño que la tuviera en su biblioteca y el comentario de que el rey de Prusia las consultaba está muy extendido.

Las “Reflexiones” suponen un antes y un después en la tratadista militar mundial. La mayor parte de las publicaciones posteriores parecen tomarle como modelo en cuanto a metodología utilizada y contenido. Según Juan Antonio de la Lama, antes de las “Reflexiones” existían relatos de campañas, memorias de bgaatalla y casos concretos de táctica redactados, pero nunca un tratado completo sobre la guerra como el de Marcenado, que contenía desde la filosofía general de la guerra, moral militar, combate ofensivo y defensivo a la necesaria logística, incluyendo casos particulares y personales. Su trabajo será tomado a posteriori como pauta de los tratados militares globales.

En 1731, se le tiene en cuenta para ser designado Secretario de Guerra del Consejo Real. Pero las corruptelas típicas de palacio impiden este nombramiento y es designado Gobernador de Ceuta y ascendiendo a Teniente General.
Desde Ceuta se une al contingente organizado por José Carrillo de Albornozduque de Montemar, y Francisco Javier Cornejo, que partían hacia las fortalezas de Orán y Mazalquivir, que habían sido tomadas por el Imperio Otomano durante la Guerra de Sucesión Española, y ahora querían reconquistar.

Mandadas por Blas de Lezo, doce navíos de línea, cincuenta fragatas, siete galeras, veintiséis galeotas, cuatro bergantines, noventa y siete jabeques, varias lanchas cañoneras y buques bomba, aproximadamente ciento nueve barcos de transporte y varias naves menores y embarcaciones de diferentes clases partieron de Valencia rumbo a Orán. Como fuerza embarcada la flota, unos 27.000 hombres de infantería y caballería dispuestos para el combate.
Orán fue reconquistado, pero en las operaciones, el gran Marqués de Santa Cruz de Mercenado caería gloriosamente tras salir en defensa de un destacamento que había quedado aislado, rodeado de enemigos. Fue hecho prisionero y decapitado por los musulmanes.

Se sabe también que D. Álvaro de Navia proyectó un “Diccionario Universal” que, de haber tenido el apoyo de sus contemporáneos, hubiera sido la primera “Enciclopedia” en detrimento de la famosa Enciclopedia francesa.
También, según sus historiadores, fue promotor del primer establecimiento aeronáutico de España en el que se construyó un aerostato en 1725, del que se desconoce su ubicación real.
En la actualidad el CESEDEN concede, cada dos años, un premio dedicado a la Historia Militar que lleva el nombre de “Premio Marqués de Santa Cruz de Marcenado”.



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